Los alumnos de la Escuela St. Ivo renuevan y modernizan la Regla de Oro, para centrar la atención en los derechos humanos.

30 de enero de 2017

Como parte de un módulo de trabajo académico sobre derechos humanos, a los alumnos de octavo curso (de 12 y 13 años de edad) de la Escuela St. Ivo en Cambridgeshire (Reino Unido), se les asignó la tarea de renovar la Regla de Oro.

La Regla de Oro es el nombre corriente del proverbio: “trata a los demás como querrías que te trataran a ti mismo”. Como parte del curso de religión, ética y filosofía, los alumnos estudiaron los antecedentes de la Declaración de Derechos Humanos y conocieron la existencia de otros campeones de derechos humanos del pasado, tales como Eleanor Roosevelt y Nelson Mandela.

A esta sección siguió un examen más exhaustivo de la libertad de movimiento y el derecho a no ser esclavizado. Los estudiantes se mostraron sorprendidos al saber que determinadas formas de esclavitud perduran en la sociedad civilizada de hoy.

“Analizamos artículos de prensa, sitios web como Stopthetraffik y la función que desempeñan las autoridades”, escribió Keri Barkway, docente del centro. “Los estudiantes también examinaron los puntos de vista de las doctrinas religiosas sobre el tema. Los alumnos estaban ansiosos de poner en tela de juicio y evaluar lo que ocurre en la sociedad. ‘Si debemos tratar a los demás de la misma manera que nos gustaría que ellos nos tratasen a nosotros, ¿por qué se permite que ocurran cosas como la crisis de los refugiados y la esclavitud moderna?’”.

“El aprendizaje sobre derechos humanos me hizo sentir triste y culpable”, dijo una alumna. “Aprendí que a los niños y adolescentes se les puede mentir y hacerlos trabajar en vez de darles educación. Eso podría dejarles cicatrices para el resto de la vida y no tienen las libertades que todos los niños deberían tener en el mundo moderno”.

Esta labor docente se completó con un remozamiento de la Regla de Oro que llevaron a cabo los estudiantes de octavo curso, de manera que esa norma pueda ser pertinente todavía en el siglo XXI. Para hacerlo, dibujaron unos 300 carteles alegóricos.

Los alumnos dijeron que la experiencia les había parecido útil.

“Mediante el estudio de los derechos humanos, aprendí que no basta con debatir acerca de los problemas”, dijo otro estudiante. “Todos debemos hacer algo para marcar la diferencia en el mundo”.

---